La improvisación es una de las formas más liberadoras de danzar, de expresar la individualidad de la danza y de aprender mucho sobre nuestro propio ritmo y sello personal.
Les comparto 5 salvadores consejos a la hora de transportarnos en la magia de la improvisación:
- Nosotro/as al momento de danzar, tenemos que tener conocimiento del ritmo o canción antes de bailar. Si es posible escucharlos cuántas veces sea necesario para irnos familiarizarnos estrechamente con ellos.
- Improvisar previamente a solas, es decir, dejar que el cuerpo se mueva a través del ritmo sin pensar si se está haciendo bien o mal. Para mí, esta pauta es muy importante porque cuando simplemente bailamos a solas sin esperar ningún resultado a cambio, fortalecemos el trabajo en la confianza y seguridad que se va a necesitar más adelante.
- Visualizar nuestra danza, una vez que ya escogimos la canción o ritmo, bailamos a solas expresando el arte de nuestros movimientos, ahora es momento de plasmarlo en el escenario o lugar donde improvisaremos.
- Fluir la emoción del arte de la danza, encontrándonos completamente seguros del conocimiento del ritmo y la canción y tener algunos pasos que surgieron dinámicamente de la mente, llegó el momento de dejarnos llevar, es decir, de fluir con la emoción que produce el baile y de poder expresarlo libremente.
- Disfrutar ese momento mágico, en ese instante hay que sumergirnos en un mundo de emociones, disfrutar y vivir ese momento porque es algo que no se va a repetir de igual manera nunca más.
Aquí les dejo una pequeña improvisación que surgió de mi corazón, el tema lo escuché una sola vez y me enamoré...
Tema: Baladí MinQalbi de Jonathan Benelli
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